Fernando Antonio Ubiergo Orellana (Valparaíso; 8 de febrero de 1953) es un cantautor y músico chileno, presidente de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) entre 2004 y 2008.
Destacado por su carrera musical de cincuenta años y 17 álbumes grabados, tres de ellos en vivo, se adjudicó triunfos en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (1978, con «El tiempo en las bastillas»), el Festival Internacional de la Canción de Benidorm (1982, con «Yo pienso en ti») y el Festival OTI de la Canción (1984, con «Agualuna»), entre otros logros.
La crítica ha premiado sus líricas sencillas y profundas, y por su estilo de narración musical se ha ganado la admiración de diversas generaciones de chilenos y latinoamericanos. Con su banda acústica realiza unos ochenta conciertos anuales y periódicas giras o conciertos fuera de Chile.
Ubiergo nació en Valparaíso y se trasladó posteriormente a Santiago, donde estudió periodismo en la Universidad de Chile. Ubiergo había desarrollado una carrera musical incipiente, presentándose en diversos festivales en la escena santiaguina. Pretendía continuar con sus estudios en el extranjero cuando presentó el que luego sería uno de sus grandes clásicos, «Un café para Platón», a una competencia musical llamada Festival de la Primavera, transmitida a todo el país por Televisión Nacional de Chile, obteniendo el primer premio. La canción se convirtió en un clásico de la música popular chilena, hablando en términos poéticamente sencillos de una amistad fraguada en la universidad. Fue su primer single.
El impacto de Ubiergo, además de su imagen de estudiante universitario de baja estatura que siempre vestía de blanco, caló muy hondo en la época y llegó a límites insospechados de fanatismo cuando en febrero de 1978 su canción «El tiempo en las bastillas» ganó el XIX Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, el primero transmitido en colores. Toda esta fama le permitió recorrer el país e iniciar su carrera internacional. Posteriormente, con la canción «Pasajero de la luz», homenaje a John Lennon, obtuvo el segundo lugar de la competencia en el XXII Festival de Viña del Mar en febrero de 1981.
En septiembre de 1982, ganó el XXIII Festival Internacional de la Canción de Benidorm con «Yo pienso en ti» y grabó tres álbumes para la compañía Hispavox. Más tarde, en noviembre de 1984, con «Agualuna», logró el primer lugar en el XIII Festival OTI de la Canción, celebrado en el Auditorio Nacional de Ciudad de México. En ese periodo, comenzó a realizar giras y presentaciones por toda América.
A partir de esa grabación y casi sin quererlo, Ubiergo emprendió su aventura internacional. El sello español Hispavox le ofreció grabar tres álbumes y radicarse en España, y el cantante inició una carrera que al año siguiente lo hacía ganar el valenciano Festival de Benidorm, con el tema "Pienso en ti" (el segundo lugar lo ocupó esa vez Joaquín Sabina, con "Princesa"). Un productor italiano y la decisión del sello de convertir a Ubiergo en un cantante más cercano a la balada dieron como resultado el disco Canto por ti (1982). Pero el resultado no dejó contenta a ninguna de las partes, y la sociedad recién dio los frutos esperados en el siguiente En algún lugar del mundo (1984), que sucedió a un homenaje a Chabuca Granda editado el año anterior.
El nuevo registro incluía "Agualuna", el tema arreglado nuevamente por Aranda con el que Ubiergo había ganado ese año el festival internacional OTI, realizado en México (primer triunfo de la historia para un chileno en ese certamen). Sobre esa firme plataforma, el autor realizó giras por Iberoamérica, en un camino que él mismo decidió abandonar más tarde, ante el ya claro desacuerdo con la línea musical que buscaba desarrollar la compañía discográfica en su trabajo. "Querían convertirme en un José Luis Perales, y yo buscaba otra cosa", dijo años después para justificar su decisión de regresar a Chile tras cinco años de residencia en España.
El retorno de Ubiergo, si bien generó expectativa mediática, no tuvo el impacto de antaño. A los dos años editó un disco de escasa resonancia, Tarde o temprano, (1987), que aunque es considerado uno de los más sólidos de su discografía, demostró que su música ya no estaba en sintonía con el gusto masivo. Presentaciones en pequeños espacios distinguieron esta etapa musical del cantautor, que en 1992 regresó por tercera vez a la competencia de Viña del Mar con el tema "Diosa del sur", aunque sin obtener más que el premio como mejor intérprete.
Un concierto en invierno de ese mismo año resumió su carrera, y fue algo así como la despedida de su historia. Sin mayores alardes, Ubiergo se retiró de los escenarios, en una decisión que ni él mismo tenía muy clara a dónde lo llevaría. El término de su carrera univesitaria, su cambio de residencia al litoral central, su ocupación en un oficio comercial vinculado a propiedades y su participación en la gestión de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, SCD (de la que llegó a ser presidente, el 2004), ocuparon sus siguientes años.
Al cumplirse media década de este silencio musical, a fines de 1998, el cantautor reapareció en la prensa para anunciar su regreso a los estudios de grabación. Su regreso se produjo en 1999, con un álbum introspectivo, muy bien recibido por la crítica y el público, de once canciones inéditas, Los ojos del mar. De la mano del exitoso single «Los ojos de Rodrigo», tema que aborda la separación matrimonial desde los ojos de un niño, este álbum logró buenos resultados en ventas y consiguió reposicionar a Ubiergo, que ciertamente había dejado una profunda huella en los chilenos. Bastó este nuevo grupo de canciones para que Fernando se reencontrara con un público que lo esperó por años. Al igual que su disco anterior obtuvo premios de la crítica y nuevo disco de oro.
Ubiergo, entonces, y sin las prisas de otros tiempos, resolvió repasar su propia historia, grabando un especial televisivo con sus viejos clásicos registrados en formato acústico. Innovaciones como "El tiempo en las bastillas" en ritmo de blues, o la participación de Claudio Valenzuela, de Lucybell, en "Agualuna", fueron las credenciales de su nueva etapa musical. El disco Acústico fue el resultado de ese trabajo, que dos años después fue seguido por un nuevo álbum original: La sombra del águila, producido por el propio cantautor, pero con colaboradores de peso a su lado, como Fernando Julio (Javiera y Los Imposibles) y Camilo Salinas. El tema que le daba el nombre al álbum era una reflexión sobre el ansia imperialista estadounidense, lo cual llevó a ciertos medios a una sorpresiva calificación de "álbum polémico".
Luego, durante cinco años, Ubiergo alternó su carrera musical con la presidencia de la Sociedad del Derecho de Autor, asumida en el 2004 tras la muerte de Luis Advis. Su imagen se ganó el respeto gremial de sus colegas, en una labor que postergó el ejercicio artístico, pero que no lo detuvo, pues realizó incluso giras al extranjero.
A comienzos del 2009, sin embargo, Ubiergo protagonizó un episodio que a la larga le significó la salida a su cargo en la SCD: Mientras efectuaba una exposición sobre derechos y autoría en Antofagasta, un software del computador portátil que utilizaba arrojó una advertencia de posible ilegalidad, que -en rigor- era la solicitud de una validación. El hecho, a pesar de eso, generó cierto revuelo en la opinión pública y tanto el cantautor como el abogado director de la corporación, Santiago Schuster, dejaron sus cargos en la sociedad autoral.
Al poco tiempo, en febrero de 2009, Ubiergo apareció en el escenario de la Quinta Vergara, el mismo en que 31 años antes alzó una Gaviota por el "El tiempo en las bastillas", ahora para celebrar el cincuentenario del Festival de Viña del Mar. Acompañado en parte de su show por el grupo de rock latino Difuntos Correa, Ubiergo consiguió un respaldo popular abrumador, y -de nuevo sin prisas- estableció ese espectáculo como un nuevo punto de partida de su carrera musical, que a fines del 2009 presentó la canción "Púrpura", como su nuevo peldaño.
A su retorno a Chile, sus discos no recibieron la atención acostumbrada: Tarde o temprano (1987) y Relatos (1991), grabados con EMI Odeon, no obtuvieron buenos resultados en ventas, aunque la crítica habló bien de ambos. En febrero de 1992 regresó al Festival de Viña del Mar con «Diosa del Sur», cuya letra abordaba la dramática realidad de las drogas. El tema no fue considerado por el jurado entre los tres ganadores, aunque Ubiergo recibió el premio al artista más popular entregado por el público.
Siempre radicado en la costa, en las afueras de Santiago, a mediados de la década de 1990 Ubiergo decidió alejarse temporalmente de los escenarios y entregarse a una vida familiar y anónima, negándose por años a realizar conciertos y a aparecer en la televisión.
Entre las canciones más importantes grabadas por Ubiergo en estos treinta años se encuentran: «Un café para Platón», «El tiempo en las bastillas», «En algún lugar del mundo», «Yo pienso en ti», «Agualuna», «Un velero en la botella», «Los ojos de Rodrigo», y, muy especialmente, «Cuando agosto era 21», con más de una decena de versiones registradas desde México a la Argentina.
En 2004 Ubiergo fue nombrado presidente del consejo directivo de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD), tras la muerte de su presidente anterior, Luis Advis. Allí desarrolló una intensa labor gremial de apoyo a la música chilena sin postergar su carrera. Renunció al cargo en 2008, tras las críticas por la aparición de una alerta de software pirata de Power Point en la computadora de la SCD que Ubiergo ocupaba para dar una charla en Antofagasta.
Periódicamente realizó conciertos en Chile y el exterior. En octubre y noviembre de 2008, realizó una extensa gira por Suecia, Noruega, Alemania, Perú y Centroamérica acompañado de sus músicos Felipe Llanos y Óscar Véliz, en formato de trío, justo a treinta años de «Un café para Platón», su primera composición conocida por el público y que marcó la historia de un cantautor que, con el correr de los años, haría de su producción una de las más sólidas y coherentes del medio chileno.
Logró un triunfo más en el L Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en febrero de 2009, cuando el público lo premió con antorchas y gaviota de plata y oro.
El 18 de octubre de 2015, realizó un concierto en el teatro Baquedano para celebrar sus 40 años de trayectoria, logrando un lleno total en un concierto que se extendió por más de tres horas. En 2016 realizó una serie de conciertos a lo largo del país, destacando los conciertos realizados el 12 y el 13 de agosto en el Teatro Nescafé de Las Artes, donde vendió todas las localidades y deleitó a sus incondicionales con tres horas de concierto, presentando además tres canciones nuevas.
El 16 de noviembre de 2024 con un gran concierto desplegará su decimosexto disco de estudio, “La vida es”, y hará un repaso por sus inolvidables éxitos, entre estos “Un café para Platón”, “Agualuna”, “Los ojos de Rodrigo”, y “Cuando agosto era 21”. Junto a su quinteto de músicos, bajo un formato acústico que fusiona piano, traversa, bandoneón, guitarras, clarinete y percusión, el artista desplegará sus personales búsquedas en medio de tiempos que define como estimulantes e intrigantes debido a sus vertiginosos cambios.
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